Como ocurre en
todas las elecciones, hay partidos beneficiados por la ley electoral y otros
que son perjudicados por la misma. En España, como saben, la circunscripción es
la provincia, más Ceuta y Melilla. 52 circunscripciones, de las cuales, más de
la mitad reparten solamente entre 1 y 5 diputados, resultando de ello el efecto
(sesgo) mayoritario del sistema electoral español, lo que perjudica claramente
a los partidos menos votados en esas circunscripciones, al igual que aquellos
partidos que tienen el voto muy disperso, sin ser un voto consistente en todo
el territorio nacional.
En las elecciones
generales del 26 de junio hemos vuelto a ver esos efectos, que hacen que
algunos partidos obtengan unos resultados en cuanto a escaños más favorables a
lo que consiguen en votos (y viceversa).
En esta ocasión,
los partidos más beneficiados, como viene ocurriendo desde la Transición y las
primeras elecciones de 1977, consecuencia de ese efecto mayoritario, han sido
los dos partidos más votados. Por su lado, los partidos más perjudicados por el
sistema electoral han sido C’s (-4%) y PACMA (-1.19%), como se puede observar en
el siguiente gráfico.
C’s ha sido el
partido más perjudicado, obteniendo una proporcionalidad negativa de 4 puntos.
Es decir, ha obtenido un 4% más de votos que de escaños. Por su parte, PACMA ha
sufrido una proporcionalidad negativa de algo más de 1 punto.
Por el otro lado,
la sobrerrepresentación parlamentaria la encabezan los dos grandes partidos,
como no puede ser de otra manera. El PP obtiene una diferencia de 6 puntos (un
6% más de escaños que de votos), mientras que el PSOE alcanza una
proporcionalidad positiva de casi 2 puntos.
Podemos sufre un
poco de infrarrepresentación (-0.47%), algo que no se corrige cuando se efectúa
la suma de los votos y escaños de las confluencias. Unidos Podemos en total
suma 71 escaños (20.3% de los escaños en juego), mientras que obtuvo el 21.1%
de los votos, generando una proporcionalidad electoral de -0.8%.
Aunque parezca lo
contrario, Unidos Podemos sí ha sido beneficiado por el sistema electoral. No
en proporcionalidad, pero sí haciendo que la pérdida de escaños fuera menor que
la de votos (perdiendo algo más de 1 millón de votos respecto a la suma
‘Podemos+confluencias+IU’ de diciembre, no ha tenido efecto en escaños).
Los partidos
nacionalistas, por su parte, y como viene siendo costumbre, son los que más se
ajustan al valor cero (la proporcionalidad perfecta). Esto ocurre porque sus
electorados están concentrados en poco espacio geográfico y, por tanto, en
pocas circunscripciones (2 en el caso de CC, 3 para PNV y 4 para EH-Bildu, ERC
y CDC).
C’s y PACMA: perjudicados por motivos
diferentes
Si bien es cierto
que C’s y el Partido Animalista han sido los más perjudicados, como he dicho
antes, con una proporcionalidad negativa de 4 y 1 por ciento, respectivamente,
consiguen ese efecto negativo por razones diferentes.
En el caso de C’s
es castigado por el «voto útil» y perjudicado al ser el 4º partido en muchas
circunscripciones pequeñas y medianas, obteniendo menos escaños que, por
ejemplo, PP, PSOE y Unidos Podemos. Con el siguiente ejemplo se puede ver con
mayor claridad como C’s se resiente más cuanto menor es el tamaño de una
circunscripción, respecto a PP y PSOE.
Tabla 1. Diferencia entre %
de escaños y votos según el tamaño de circunscripción.
La tabla 1 nos
muestra cómo C’s alcanza cotas más altas de proporcionalidad negativa conforme
disminuye el tamaño de la circunscripción. Por tanto, le penaliza bastante ser
el cuarto partido, o incluso tercero, en circunscripciones más pequeñas.
Por su parte,
Unidos Podemos solo sufre infrarrepresentación en las circunscripciones más
pequeñas, como consecuencia del efecto mayoritario que he dicho antes.
En cambio, PP y
PSOE alcanzan cotas de proporcionalidad positiva más pequeñas cuanto más grande
es la circunscripción, llegando incluso a obtener una proporcionalidad
negativa, aunque no muy elevada. Según vamos hacia las circunscripciones
pequeñas, se observa que son más beneficiados.
Esto es a lo que nos
referimos los politólogos cuando decimos que la culpa de la desproporcionalidad
no la tiene en exclusiva la fórmula electoral D’Hondt, sino la existencia de
muchas circunscripciones que reparten pocos escaños, lo que hace
sobrerrepresentar en el Congreso a los partidos más votados, en este caso PP y
PSOE.
En el caso de
PACMA es otro factor el que hace que obtenga 1% de votos y no consiga escaño
alguno. El de este partido es sin duda un electorado pequeño y muy disperso. En
estas elecciones PACMA ha conseguido casi 285.000 votos, pero distribuidos por
todo el territorio nacional. Si esos mismos votos estuvieran concentrados en
torno a 2, 3 ó 4 circunscripciones, PACMA obtendría más de 1 escaño con toda
seguridad, como demuestra la tabla 2.
Tabla 2. Concentración y dispersión del
voto y la variación en escaños.
El sistema
electoral español, por la circunscripción provincial, premia la localización
del voto y penaliza la dispersión del mismo con un electorado bajo (PP y PSOE
también tienen electorado disperso, pero alto en votantes). Esta es la causa de
la proporcionalidad negativa de PACMA y que sea el segundo partido más perjudicado
del 26-J.
C’s y PACMA están
en todo su derecho de reclamar un sistema electoral más proporcional, en el que
el voto de todos los españoles valga lo mismo. Otro cantar es la solución.
Encontrar un sistema electoral que contente a todos los partidos políticos
parece una quimera. Unos quieren estabilidad parlamentaria y primar la
gobernabilidad mientras que otros prefieren proporcionalidad, aunque haya poca
estabilidad o sea más difícil la formación de gobiernos.