"República,
siempre República." Así respondía la política española Clara Campoamor
en una entrevista a la pregunta ¿Qué
prefiere usted, Monarquía o República?
El republicanismo
propone y defiende la república como el modelo de gobierno óptimo para un
Estado. En sentido estricto, la república se define en oposición a las formas puras
de gobierno aristotélicas: la monarquía y la aristocracia; así como a sus
respectivas corrupciones: el despotismo y la oligarquía.
La noción de república
en cuanto forma de gobierno no es en sí misma sinónimo de democracia. Han
existido -y existen todavía- repúblicas autoritarias y despóticas. Pese a
apoyarse en el principio hereditario para la designación de la Jefatura del
Estado, una Monarquía puede ser considerada democrática en la medida en que los
miembros de los poderes legislativo y ejecutivo sean elegidos directamente por
voluntad popular.
Pero, ¿qué experiencias tenemos del republicanismo en España?
La
Primera República Española
La Revolución de 1868 derrocó a Isabel II, pero las Cortes
surgidas de las elecciones de 1869 dieron una mayoría monárquica, que impuso la
búsqueda de un nuevo rey entre las cortes reales europeas. Este nuevo rey fue
Amadeo I de Saboya, pero en medio de un
país profundamente inestable, envuelto en diversas guerras -la tercera Guerra Carlista, debida a
las aspiraciones al trono de la rama borbónica carlista; y la Guerra de Cuba, colonia española que
buscaba su independencia-, y contando con la oposición de los republicanos y de
buena parte de la sociedad, Amadeo I abdicó el 11 de febrero de 1873.
Bandera de España durante la Primera República |
Ese mismo día, las Cortes proclamaron la Primera
República Española. Acogida con gran esperanza entre las clases más bajas, era
la única esperanza para continuar con el espíritu del 68. Pero la Primera
República fue víctima de una inestabilidad provocada por las guerras
anteriormente nombradas y la propia división
entre los republicanos.
La mayoría de los republicanos eran federalistas -de
hecho se aprobó que la forma del Estado fuese la de una república democrática
federal- pero existía también una tendencia unitaria. Como consecuencia de esta
inestabilidad, política e institucional,
se sucedieron cuatro presidentes del Gobierno en menos de un año, de febrero de
1873 a enero de 1874: Estanislao Figueras, Francisco Pi y Margall, Nicolás
Salmerón y Emilio Castelar. Fue una experiencia corta, que contó con tres conflictos
armados simultáneos: junto a los dos mencionados anteriormente -la tercera
Guerra Carlista y la Guerra de Cuba- también se produjo la “sublevación
cantonal”.
El 3 de enero de 1874, el general Manuel Pavía dio un golpe
de Estado que estableció una dictadura
republicana conservadora -recuerden que república y democracia no son
sinónimos- al mando del general Serrano, quien fue derrocado por el
pronunciamiento del general Martínez Campos el 29 de diciembre de ese mismo año,
produciéndose la Restauración Borbónica en España con la subida al trono de
Alfonso XII.
La
Segunda República Española
La dimisión de Primo
de Rivera en 1930 auguraba la caída de la monarquía, pues ni la
“dictablanda” del general Berenguer, ni el corto gobierno del almirante Aznar
lograron estabilizar la situación; para buena parte de la opinión pública el
comportamiento del Rey durante la dictadura había significado una transgresión
de su papel moderador y la Monarquía misma era cuestionada.
Bandera de España durante la Segunda República |
El 14 de abril de
1931, tras unas elecciones municipales celebradas dos días antes, en las
que los republicanos ganaron en la mayoría de las capitales de provincia, fue
proclamada la Segunda República Española. La República vino de manera
imprevista debido a la torpeza y a la cómoda "dimisión" de Alfonso XIII. Los republicanos activos, prácticamente sin
más idea política que la de borrar el rastro de la Monarquía, no aportaron
nada en orden a reorganizar un Estado coherente con la sociedad. Es más, esta república demostró no ser democrática,
ni antes, ni durante, ni después.
No lo fue antes, pues los
republicanos no ganaron las elecciones municipales. Éstas eran simplemente
para elegir concejales -las candidaturas monárquicas sumaron cerca de 30.000
concejales por los 9.000 republicanos- y no era vinculante para la forma de
Estado. Y aunque lo fuera, las candidaturas monárquicas lograron más concejales
que las republicanas, aunque éstos lograran vencer en las capitales de
provincia, el peso de la población estaba en el entorno rural.
No lo fue durante, ya que los republicanos de izquierdas asociaron la idea de república solamente
a su ideología. "La izquierda se
consideró y se proclamó a sí misma la depositaria de la legitimidad
republicana", comenta Dalmacio Negro en su libro Sobre el Estado en España. Como buena prueba de ello, la revolución de 1934 en Asturias,
lanzada por anarquistas, comunistas y socialistas, tras no aceptar la victoria
de la derecha de 1933 y que miembros de la CEDA formaran parte del Gobierno en
1934. En 1936 Largo Caballero (PSOE),
apodado "el Lenin español",
dijo que si la derecha ganaba las elecciones de ese año, no quedaría más
remedio que ir a una guerra civil.
Y no lo fue después, por la consideración del PCE de organizar en España una guerra de
guerrillas que debía evolucionar en guerra civil -un ánimo de revancha que
todavía dura hasta nuestros días en buena parte de las izquierdas- y provocar
la intervención exterior que derrocase al régimen de Franco. Esta guerrilla fue
el "maquis", vencida por
el régimen franquista años después.
Son famosos los coqueteos del Frente Popular con la URSS,
perdiendo la esencia de la república. Muchos republicanos suelen manifestarse
actualmente con la bandera de la Segunda República -que no “bandera
republicana” a secas, pues la Primera República tuvo por bandera la rojigualda-
junto a banderas comunistas con la hoz y el martillo. Si esa es la república
que quieren para España, prefiero mil veces una Monarquía.
Puerta de Alcalá de Madrid durante el gobierno del Frente Popular |
Muchos republicanos dicen que una característica
básica de cualquier república es la libertad
de culto -añado yo que no solo debería serlo de una república, sino de
cualquier forma de Estado-. Algo que no
ocurrió en la Segunda República, pues se procedió a la quema de conventos y
todo tipo de edificios católicos, junto a la persecución a cualquier persona
que profesara libremente sus creencias católicas.
Los padres espirituales de la Segunda República -Ortega y
Gasset, Pérez de Ayala y Gregorio Marañón- dijeron de ésta que no fue lo
esperado por ellos. Ortega llegó a decir
que no compartía "este sistema que no respeta a los católicos".
También dijo "no es esto, no es
esto", en referencia a las diferencias entre su idea republicana y la
realidad que se vivía en España. Los
intelectuales republicanos acabaron frustrados. Gregorio Marañón terminó diciendo que “mi respeto y mi amor por la verdad me obligan a reconocer que la
República española ha sido un fracaso trágico”. Pérez de Ayala también tuvo
sus palabras para los demás republicanos de la época: "Cuanto se diga de los desalmados
mentecatos que engendraron y luego nutrieron a sus pechos nuestra gran
tragedia, todo me parecerá poco. Lo que nunca
pude concebir es que hubieran sido capaces de tanto crimen, cobardía y bajeza".
España
no es país para una república
El gran problema del
republicanismo en España es la propia República: nada le perjudica tanto
como la concreta experiencia histórica de la forma republicana en España. Dos
repúblicas hubo, y ninguna figura entre los episodios encomiables de nuestro
pasado. Las dos experiencias
republicanas españolas son la maldición y la perdición del republicanismo. Hay algún que otro republicano que no vindica la Segunda; son personas de argumentos racionales, que saben que hay repúblicas muy poco democráticas o nada, y democracias ejemplares
cuyo jefe de Estado es un monarca.
Hoy en día, se suele seguir asociando en España a la
república con la bandera tricolor. Se sigue asociando una idea republicana
solamente a la ideología de izquierdas. Poca
cultura política entre los que piensan que una república solo puede ser de
izquierdas. Mucha ignorancia entre los que piensan que cualquiera de las
dos repúblicas vividas en España -sobre todo la Segunda- representan cualquier
espíritu de una república.
Por lo tanto, España no debe arriesgar con una tercera experiencia republicana, visto lo visto en las dos anteriores. Una mayoría de españoles no concibe una república diferente a la Segunda. Actualmente, cuando alguien se manifiesta por la república, lleva la bandera tricolor, haciendo ver dos cosas: que su ejemplo de república es la Segunda Española, o que piensa que solo esa bandera tricolor y todo lo que a ella rodea representa el único modelo republicano de España. Se termina exhibiendo públicamente una gran incultura, tanto política como histórica, pues una república no tiene bandera por sí misma y la tricolor solo representa la Segunda República Española, no así la Primera.
Si no se concibe una república en España diferente a la Segunda, mejor que no se conciba una idea republicana, pues ésta haría repetir la historia, y todos sabemos cómo acabó España después de la Segunda República: en Guerra Civil y dividida en dos. ¿Alguien quiere repetirlo? Yo no.