miércoles, 10 de agosto de 2016

¿Eso es el capitalismo?

El otro día leí un artículo de Joaquín Sánchez sobre el capitalismo. La idea de fondo está clara: culpar al capitalismo de todos los males que padecemos en España y en el mundo entero, al mismo estilo de los que demonizan al «neoliberalismo» como peyorativo de liberalismo, como si los Estados no fueran cada vez más grandes y no hubiera más regulaciones e impuestos.

El problema es que el autor del artículo confunde constantemente qué es el capitalismo, no sé si aposta o por desconocimiento. A continuación iré citando por partes y tratando de explicar lo que en realidad es el capitalismo, que no es malo y que los países que lo abrazan con más ímpetu prosperan más, mucho más.

“Que se hayan recapitalizado los bancos con el dinero público, cantidades ingentes, eso es el capitalismo”. Para empezar no se han recapitalizado bancos, sino cajas de ahorros, contraladas por políticos, es decir, poderes públicos. Por otro lado, capitalismo no es privatizar beneficios y socializar pérdidas. El capitalismo se caracteriza por privatizar tanto beneficios como pérdidas. Aquellas empresas que sean rescatadas con dinero público responde simplemente a un compadreo entre Estados y empresarios (empresaurios, como los llama la politóloga Gloria Álvarez), para evitar tener que responder ante los consumidores y que no haya competencia, mediante impuestos arancelarios, por ejemplo. El capitalismo se caracteriza por la libre competencia, sin favores políticos, respondiendo simple y llanamente a la oferta y a la demanda y servir satisfactoriamente a los consumidores.

“Que se haya empobrecido a la gente a la pobreza, a la miseria, al hambre para satisfacer las deudas de los grandes inversores y financieros, como si fuéramos los culpables, eso es el capitalismo”. Tres cuartas partes de lo mismo. Si hay que satisfacer las deudas de inversores y financieros desde los poderes públicos, no es capitalismo, sino estatismo y compadreo entre Estado y empresaurios.

El capitalismo no empobrece a la gente ni la condena a la miseria ni al hambre, eso lo hace el socialismo, algo que el autor no menciona ni tan siquiera una vez. Hay hambre y pobreza en Cuba y Venezuela, entre otros países, no en Suiza o Canadá, por ejemplo.

“Promover guerras, fomentando las ventas de armas, para controlar los recursos naturales y controlar zonas geoestratégicas, eso es el capitalismo. La guerra y el terrorismo son las dos caras de la misma moneda, eso es el capitalismo”. Hace bien el autor del artículo, por lo que parece, en leer a Lenin y su libro Imperialismo: la fase superior del capitalismo, pero como el líder bolchevique, se equivoca de pleno. Las guerras no las hacen las empresas privadas. Las hacen los Estados, como bien analiza el politólogo Charles Tilly: “la guerra hizo al Estado y el Estado hizo la guerra”. Las guerras no las hace el capitalismo. El terrorismo tampoco es capitalismo. Laissez-faire se caracteriza por la ausencia de coacción y violencia. Por tanto, la violencia no la hace el capitalismo, sino aquellos grupos sociales que quieren imponer algo a los demás, más cercanos a ideologías idolatradoras del Estado, que nada tienen que ver con liberalismo ni capitalismo.

El trabajo precario, eventual, sin condiciones decentes ni dignas, con un salario de miseria, sin cotizar prácticamente, eso es el capitalismo”. Vuelve a errar el autor, relacionando capitalismo con trabajo precario y salarios bajos. Las economías más libres tienen unos ingresos per cápita más altos. Las economías más libres tienen tasas de desempleo más bajas, casi con pleno empleo todas ellas. Lo que condena a la gente al paro y a salarios bajos son los impuestos, las cotizaciones a la Seguridad Social y el salario mínimo (que condena a jóvenes y menos preparados al paro, como barrera de entrada que es); es decir, regular más el mercado laboral. Justo lo que quiere hacer el autor del artículo, ¡qué cosas!

“La corrupción política (…) eso es el capitalismo”. La política no tiene nada que ver con el capitalismo. De hecho, los teóricos pro-capitalismo han remarcado una y otra vez que desconfían de ella, de los intereses ocultos que hay en ella. La corrupción tiene más que ver con regímenes anticapitalistas, como muestra año a año Transparency International en su clasificación de la corrupción. La corrupción va de la mano del poder como coacción, no del poder como logro de objetivos personales (diferencia que remarcó muy bien el austriaco Hayek: “el poder en sí, es decir, la capacidad de obtener lo que uno quiera, no es malo; lo malo es el poder de usar la coacción, el forzar a otros hombres a servir la voluntad propia mediante la amenaza de hacerles daño”). Y esa coacción se da en mayor cuantía en países que abrazan ideas antiliberales, no capitalistas. Aquellos que quieren utilizar la coacción del Estado para fines personales. ¿Qué coacción puede utilizar una empresa privada en el libre mercado?

“Participar en los procesos electorales como una tapadera de los intereses personales y del propio afán de poder, eso es el capitalismo”. Participar en los procesos electorales no es malo. Lo malo es hacerlo con vistas de enriquecerse personalmente y hacer más coactivos los poderes del Estado que puedas tener a tu alcance. Y eso tampoco es capitalismo. Aquellos que quieren manejar el Estado a sus anchas mediante la política no son capitalistas. Si lo fueran, producirían y no saquearían. Utilizarían el intercambio voluntario y no la fuerza y la coacción.

“Convertir todo en un mero negocio, privatizando los servicios públicos y esenciales como son la sanidad y la educación, eso es el capitalismo”. Mientras, el autor del artículo quiere convertir todo en privilegios, que pagan unos y disfrutan otros. Nuevamente, se demoniza un significante como es “privatizar”, como si fuera malo per se, cayendo continuamente en la “falacia del proveedor único”, a la que se refiere el economista Carlos Rodríguez Braun como la “falacia del Estado que está”, que consiste en pensar que algunas actividades solo pueden ser provistas por el Estado; pues eso, una falacia.

Además, los capitalistas queremos privatizar y liberalizar sanidad, educación y demás servicios públicos, algo que siempre “olvidan” aquellos que quieren hacer del Estado un monstruo aún más grande. Es normal, ellos quieren controlarlo todo y no dejar libertad de elección ni de decisión a los individuos. Nos quieren infantiles (el papá siempre decide por su hijo pequeño) y es importante saberlo.

“Destruir el medio ambiente por ganancias rápidas, eso es el capitalismo”. Como en todo el artículo, Joaquín Sánchez relaciona capitalismo con cosas que no tienen que ver con él. ¿Sabrá el autor del artículo que aquellos países con economías más libres, que abrazan en mayor medida el capitalismo, son los líderes en el Índice de Desempeño Ambiental? ¿Quiénes cierran esa clasificación? Efectivamente, los modelos económicos que más poder dan al Estado, más anticapitalistas. ¡Qué casualidad!

En definitiva, el artículo de Joaquín Sánchez no tiene ninguna base teórica, al confundir continuamente capitalismo con mercantilismo y compadreo de Estados y empresas. Y tampoco tiene evidencia empírica, ya que es demostrable que los países capitalistas, o si quieren, menos anticapitalistas, son aquellos que más progresan, con salarios más altos, tasa de desempleo más baja, sin salario mínimo en la mayoría de ellos, con poca corrupción y encabezando también la calidad del medio ambiente.

Es un artículo que cuesta leer ante tanta falacia. Pero bueno, la propaganda y la falta de análisis crítico son características del anticapitalismo, por lo que en el fondo no me sorprende que haya gente que demonice de esta forma al capitalismo sin ningún tipo de pudor.

Yo lo tengo claro, y espero haberlo expresado de la misma manera en este artículo de réplica. A lo que se refiere Joaquín Sánchez no es el capitalismo. Eso no lo es.

4 comentarios:

  1. Alguna cosa que me gustaría comentar:

    "¿Cómo puede coaccionar una empresa privada en el libre mercado?"

    Aquí un estatista contraatacará con la publicidad o el neuromarketing:"Las empresas manipulan y te venden productos que realmente no quieres".

    1) Tan importante es identificar necesidad como crear necesidades. Los colectivistas los llaman especuladores, yo los llamo visionarios y pioneros que anticipan el futuro. Como decía Henry Ford " Si hubiese sido por mis clientes hubiese hecho caballos más rápidos".
    2) Nadie te pone una pistola para entrar en Carrefour. Y si te sientes estafado con un producto denuncias el fraude, no lo vuelves comprar o expresas tu malestar sobre el producto a otras personas ( el poder del boca-oreja). Los errores en tus decisiones generan experiencia de compra e información útil para que la empresa no los repita.
    3) Es cierto que muchas empresas se aprovechan de sesgos cognitivos, pero todos estos "trucos" se pueden aprender en multitud de libros, artículos y conferencias al respecto. La Economía del comportamiento es una disciplina muy interesante y valiosa.

    4) ¿Te imaginas a una persona leyendo las especificaciones de un producto por la televisión?. Sería tremendamente aburrido y nadie prestaría atención.. La publicidad trata de trasmitir información de la forma más atractiva posible y el único requisito es que sea veraz porque de otro modo hablaríamos de fraude. Una estantería que tuviese productos con el mismo envase, sin marca, con el mismo o sin precio, sin publicidad dejaría en una posición de tremenda vulnerabilidad al cliente. No podrías discernir ni hacer una primera criba. Elegiría los productos por puro azar.

    5) El mercado proporciona mecanismos para proteger al cliente de estafas. La propia marca , la garantía, publicaciones especializadas, guías de compras y comparadores de precios, valoraciones de clientes...

    6) Confundir capitalismo con consumismo cuando son términos prácticamente antagónicos. Capitalismo es Capital, es decir ahorro. El consumismo es una consecuencia de la mayor productividad por el mayor ahorro, pero no necesita del gran consumo para sobrevivir. Es un sistema de producción para satisfacer los fines de las personas. Nada más.
    Un excelente vídeo sobre este último punto:
    https://www.youtube.com/watch?v=kLZLdFK27a4

    -" la privatización de la educación y la sanidad".

    Precisamente por ser bienes tan esenciales deberían estar en manos de la sociedad civil como la alimentación o la ropa.Las distintas propuestas de valor y proyectos empresariales hay que dejarlos actúar dentro del marco de competencia, descubrimiento, exploración y cooperación que es el mercado. La planificación centralizada siempre presentará graves problemas de incentivos y de información.
    De todos modos tengo que hacer alguna puntualización:
    ¿En un mercado libre educativo se podría abrir una escuela nacionalsocialista o salafista? ¿La libertad de entrada debe ser irrestricta?. Personalmente, el mercado educativo debería contar con unas líneas rojas que no se pueden cruzar. La libertad debe encaminarse hacia la bondad, la belleza y la excelencia.
    Por otro lado, la Sanidad de Singapur es un ejemplo para los liberales. Pero hay que señalar que está hiperregulada para promover la racionalización y evitar la socialización privada vía seguros como, por desgracia, ocurre con los seguros premium de USA-.

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  2. " Destrucción del medio ambiente".

    1)La URSS fue causante de los dos mayores catástrofes medioambientales de la historia: Chernóbil y la desecación del Mar de Aral para plantar algodón.

    2)La economización consiste en hacer más con menos; en emplear el menor número de recursos. A este respecto la superficie forestal de Europa se ha duplicado en los últimos 100 años por el abandono de un gran número de tierras de cultivo, el uso más intensivo de la tierra mediante una tecnología más eficiente o las nuevas energías ( se utiliza en menor medida leña o carbón). ¿Quienes son los países más contaminantes?. Los países en desarrollo y cuyos derechos de propiedad no están bien definidos.

    3)La propiedad privada permite internacionalizar costes y si contaminas la propiedad del vecino deberás resarcirlo.
    Huelga decir que la propiedad privada no sólo es individual,también puede ser comunal. La propiedad privada comunal es ideal para gestionar bienes en los que la asignación de costes o su división parcelaria es muy complicada como en ríos o bosques. Hay un libro de Margaret MacKean de título "People and Forets" que es muy recomendable sobre este asunto.

    Para acabar este larguísimo post :), te dejo un enlace muy interesante sobre el elefante africano y los dos mecanismos para su conservación que se emplean: 1) prohibir la venta de marfil 2) asignar derechos de propiedad privada y regular la venta de marfil.
    El número de elefantes no ha dejado de disminuir en los países que han optado por la primera opción, en cambio los que optaron por el segundo mecanismo han visto como la población de elefantes ha aumentado espectacularmente. Lo que es tuyo lo cuidas y lo proteges.
    https://ambientenatural.wordpress.com/2009/01/22/la-tragedia-de-los-comunes-el-elefante-africano/

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    1. ¡Se me olvidaba!. Excelente réplica. Me ha gustado mucho tu reseña :)

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  3. Un último comentario sobre la guerra:

    -El comercio y el intercambio son fuente de paz, cooperación y concordia. Milton Friedman lo explica de una forma muy sencilla en su famoso vídeo "Historia de un lapiz".
    Sin embargo, considero una contradicción que muchos liberales sean aislacionistas y a su vez defiendan el tráfico de armas. No tiene sentido no querer intervenir en Irak, pero luego permitir el libre comercio para que una empresa suministre armamento a la facción de turno. No es asunto sencillo de resolver.

    -La guerra es la salud del Estado . Como bien señala Robert Higgs, el Estado crece en cada guerra o emergencia nacional y cuando se disipa la amenaza no vuelve a su nivel anterior (efecto trinquete).


    -Hitler, Pol Pot, Irid Amin, Stalin, Mao Zedong...los regímenes más asesinos de la historia no se caracterizaban precisamente por el libre mercado, sino por un estatismo interventor omnipotente. El gasto militar era gigantesco en estos países.

    -Cuánto más avanzada es la tecnología más mortíferas pueden ser las armas que se fabriquen. La tecnología puede servir para crear... pero también para destruir. Es un riesgo que se debe minimizar precisamente mediante apertura comercial y aislacionismo político/militar.

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