jueves, 26 de octubre de 2017

Al igual que la desigualdad, la pobreza también cae en los dos últimos años

Como explicó hace unas semanas Diego Sánchez de la Cruz en Libre Mercado, la desigualdad (índice de Gini) ha caído en España durante los años 2015 y 2016, después de alcanzar el máximo nivel durante la crisis en 2014. La propaganda dice una cosa, la realidad otra, como bien desmonta el propio autor a lo largo del artículo.
La izquierda -y los intervencionistas en general- también suelen mentir en referencia a la pobreza. Así, no es difícil encontrar en prensa algunos artículos que mienten sobre la realidad de la pobreza en España, inventando cifras y metodologías. Pues bien, a pesar de los que dicen que la pobreza sigue aumentando a pesar de la recuperación económica, ocurre lo contrario: la pobreza en España se ha reducido durante los dos últimos años.
¿Cómo se mide la pobreza, lo que conocemos como pobreza absoluta? Tomando como referencia la carencia material severa (y no la tasa de riesgo de pobreza, que utiliza el umbral de pobreza, puesto que ésta mide desigualdad y no pobreza, como indica el INE). En cambio, la carencia material severa, es decir, la ausencia de al menos 4 de los siguientes 9 conceptos, sí mide pobreza: 1) No puede permitirse ir de vacaciones al menos una semana al año; 2) No puede permitirse una comida de carne, pollo o pescado (o equivalente vegetariano) al menos cada dos días; 3) No puede permitirse mantener la vivienda con una temperatura adecuada; 4) No tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos; 5) Ha tenido retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda principal (hipoteca o alquiler, recibos de gas, comunidad…); 6) No puede permitirse disponer de un automóvil; 7) No puede permitirse disponer de teléfono; 8) No puede permitirse disponer de un televisor; y 9) No puede permitirse disponer de una lavadora. Estos conceptos, como digo, sí miden pobreza en un sentido más estricto, ya que es un sentido material y no monetario (la pobreza monetaria es relativa y forma parte del riesgo de pobreza).
Pues bien, acudiendo a los datos que proporciona Eurostat (también el INE) sobre carencia material severa en España, podemos ver cómo se ha reducido en los años 2015 y 2016, tanto a nivel relativo como absoluto.
Frente a la propaganda y el alarmismo de los que dicen que la pobreza sigue aumentando en España (además dando datos falsos, puesto que suelen dar el dato del riesgo de pobreza, de ahí que muchos titulares digan “el 30% de los españoles son pobres” y barbaridades del estilo), la realidad nos dice que la pobreza disminuye a niveles de 2012, dejando atrás, al igual que en la desigualdad, el pico máximo de la crisis alcanzado en 2014. Datos para alegrarse, menos para aquellos que politizan todo y no pueden sacar provecho electoral de estos descensos en la pobreza.

lunes, 23 de octubre de 2017

Help Catalonia

Como es costumbre en el independentismo catalán, basado en victimismo, manipulación histórica y política, y por tanto, en mentiras, el vídeo de ‘Help Catalonia’ no iría por otro camino. Un vídeo lleno de falsedades que la mayoría de medios de comunicación se han molestado en corregir.
Pero he de decir que en algo tienen razón los que lanzaron el vídeo. Cataluña necesita ayuda, sí. Los catalanes no independentistas, que son mayoría, no pueden ser aplastados social y políticamente por una minoría separatista, como está ocurriendo en los últimos años en la autonomía catalana.
Los niños que son adoctrinados por la Generalitat necesitan ayuda.Deben aprender a leer, escribir, sumar, restar, tener pensamiento crítico, etc. no a ser manipulados bajo el pensamiento único de una realidad paralela que sitúa a los ‘Países Catalanes’ como un ente político-histórico independiente que los Borbones pusieron fin con la Guerra de Sucesión y demás barbaridades que se leen y escuchan por Cataluña bajo la lupa independentista, sin rigor histórico alguno. Tampoco deben ser adoctrinados en la supremacía de lo catalán sobre lo español, como si fueran dos cosas diferentes y antagónicas.
Los empresarios catalanes también necesitan ayuda. Basta de que las autoridades catalanas persigan a quienes no rotulen en catalán. Basta ya de perseguir a aquellos empresarios que no apoyan la independencia, tachándoles de ‘charnegos’, ‘españolistas’ y un sinfín de calificativos. Multitud de empresas han cambiado su domicilio fiscal, previo paso del éxodo definitivo, porque saben que la independencia se desarrollaría bajo un escenario de pobreza y regresión económica. No es de extrañar viendo las propuestas de ERC y la CUP.
Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado presentes en Cataluña también necesitan ayuda. Bien hacen en gritar aquellos catalanes que se sienten españoles “no estáis solos”. No se pueden permitir escenas como las de ‘los Jordis’ (por cierto, nada de presos políticos) encima de un coche de la Guardia Civil, alentando a los presentes a seguir incumpliendo órdenes judiciales y causar desorden público. Los Mossos han demostrado no estar a la altura. Policía Nacional y Guardia Civil, a pesar de algún error el 1-O, han defendido los derechos y libertades de todos los catalanes.
Como bien sabemos, el populismo nacionalista es excluyente, construido en antagonismo y la supremacía, en este caso, de la “nación catalana” y todo lo relacionado con ella. Y estas características rompen la libertad y la convivencia pacífica. Los catalanes que no comparten esa visión de una sociedad cerrada y excluyente necesitan ayuda, antes de que sea demasiado tarde y sean expulsados por la fuerza de su tierra, de su comunidad autónoma, que forma parte de su país España. Los independentistas están solos, y precisamente por eso son más peligrosos que nunca. Aunque la corrección política diga que se necesita “respuesta política”, los delitos se resuelven mediante la respuesta judicial del Estado de Derecho, y ese debe ser el único camino para aquellos que se saltan la Constitución y se ventilan a la torera las órdenes judiciales que no les gustan. Help Democracy. Help Freedom.
* Publicado en La Razón

viernes, 6 de octubre de 2017

Dejad a los niños en paz

Que la infancia es el periodo de nuestra vida con una mentalidad más maleable y en la cual estamos más expuestos al adoctrinamiento y a la masa es algo que no me cabe la menor duda. Es por ello que a menudo las opciones políticas autoritarias y totalitarias han utilizado a los niños como eslogan político. Comunistas y nazis son los que han encumbrado esta técnica en el siglo XX.

Los independentistas catalanes (cuyo ideario y formas están en lo autoritario, a todas luces evidente) no han querido quedarse atrás con la utilización de la infancia para intentar conseguir sus objetivos políticos. Así, la manipulación a niños que deberían tener únicamente la preocupación de jugar con sus amigos, son inoculados con el veneno nacional-populista de ERC, la CUP y el resto de organizaciones independentistas hasta el punto de hacerles decir “Espanya ens roba” e “independencia es libertad”, cuando a esa edad no se tiene la conciencia de saber qué es España, Cataluña ni la política en sí.

Y es que adoctrinar a los niños, además de ser algo que va en contra de los derechos humanos, sirve para que el día de mañana los adoctrinadores tengan una masa adormecida a sus pies, que obedezcan sin rechistan, doctrinas y dogmas de la causa política en cuestión. Inocular desde abajo para el día de mañana no preocuparse desde arriba. Es por ello que estamos ante una cuestión utilizada por aquellos que no creen en la democracia ni la libertad.


En Cataluña han ido inoculando el veneno populista de los nacionalistas convertidos en independentistas y éstos en golpistas, contra la Ley y la Constitución Española, sin democracia ni libertad (votar no es democracia per se). De buena ayuda ha sido la competencia de Educación en manos autonómicas, junto al modelo territorial español de las Autonomías, modelo fracasado que toca reformas, pero no para contentar a las oligarquías autonómicas, sino en el camino del Derecho y la libertad en España, de todos los españoles (igualdad ante la ley). La enseñanza catalana, en vez de crear gente capaz para el día de mañana, se ha ensañado en la causa populista, utilizando las aulas para conseguir la hegemonía cultural gramsciana, en el objetivo del ‘hombre nuevo’ promovido desde hace décadas por ERC, bajo el supremacismo identitario catalán. Es la ‘función social’ que muchos docentes, artistas, etc. creen que tienen en sus manos para cambiar el destino de “su” tierra.


Aunque la imagen de la infancia sea tierna e inocente, los que utilizan a los niños en política no tienen nada que ver con ternura ni inocencia, sino todo lo contrario, como se ha demostrado a lo largo de los últimos años. Adoctrinar y manipular mentes para crear una masa de dóciles que no tengan pensamiento crítico. Crear un pensamiento único para conseguir unos objetivos antidemocráticos y antiliberales. Es lo que quieren conseguir; algunos ya han caído en ese veneno, otros se mantienen en frente contra autoritarismos de todo tipo. Como yo, les dicen: “¡dejad a los niños en paz!”. 

miércoles, 4 de octubre de 2017

De banderas, patriotismo y ultras

Que la bandera española rojigualda data de finales del siglo XVIII, bajo el reinado de Carlos III, es algo que se puede consultar en cualquier libro de Historia. Quienes se caracterizan por manipular ésta y hacer ver su opinión como realidad nos dicen incluso que “la bandera española actual viene impuesta del régimen franquista” (¿recuerdan lo que dijo la diputada de Podemos que quitó las banderas españolas de los escaños del PP en el Parlamento catalán hace unas semanas?).
Esto responde básicamente a la actitud de quienes politizan cualquier cosa, incluso los símbolos nacionales que representan a todos los españoles. Por otro lado, la ignorancia histórica de quienes achacan la idea de España con el régimen dictatorial de Franco y su nacional-catolicismo, como si España hubiera nacido en la Guerra Civil que terminó en 1939.
Aunque la estrategia política de muchos sea equiparar cualquier cosa que vaya en su contra con el franquismo (la propia bandera, decir que el PP es franquista, etc.), haciendo evidente una particular obsesión y la ignorancia histórica que he dicho antes, de no ver más atrás en la Historia de España. También de querer romperla y que ésta sea lo que ellos quieran, nuevamente intercambiando la realidad con la opinión. Con el control de los medios de comunicación y de la educación pública, algunos lo consiguen (ya lo advertía George Orwell: «quien controla el presente, controla el pasado»).
De esto deriva, por ejemplo, la creencia que mucha gente tiene de que la república española y la tricolor van de la mano, cuando la bandera de la Primera República española tenía los mismos colores que ahora.
Y es que una bandera nacional que representa a todo un país no tiene que ver nada con ideologías ni opciones políticas, salvo para aquellos que politizan absolutamente todo. Querer a tu país, ser patriota, no tiene que ver con extremos políticos. Bien lo demuestran países serios y desarrollados, como EE.UU., Reino Unido, Alemania, etc. Ya sean conservadores, socialistas, liberales o de cualquier otra ideología, su bandera es respetable mayoritariamente por encima de todo. Querer a tu país no te hace “facha”, “fascista” ni cualquier otra etiqueta utilizada en forma de insulto por aquellos que no respetan a los demás y que quieren imponer sus ideales, demostrando que son ellos los fascistas. Tampoco sacar la bandera de tu país te hace “ultra”, como han dicho esta semana tantos medios de comunicación, en relación con varias concentraciones para acompañar a la Guardia Civil en su salida hacia Cataluña. Con esto no niego que haya ultras que se identifiquen con la bandera española, pero me niego a aceptar las generalizaciones de aquellos que hablan a la ligera.
Es importante tener esto claro y parar los pies a quienes manipulan la Historia, a quienes quieren imponer su particular punto de vista y convertirlo en un dogma. España no es el franquismo. España no se reduce a Franco, su bandera mucho menos. Ser patriota no es, ni mucho menos, ser un ultra.
* Publicado en La Razón