Hace unos días se conocía la intención del partido político Ciudadanos de “desprivatizar” cuatro hospitales en la
Comunidad de Madrid. Estos hospitales, privados según la formación que preside
Albert Rivera, serían los siguientes: Valdemoro, Torrejón de Ardoz, Móstoles y
Collado Villalba.
El primer fallo es considerar estos cuatro hospitales como
privados. Ciudadanos, al igual que muchos
otros, confunde externalización con privatización. Los hospitales citados
son públicos de gestión privada, es decir, han sido externalizados. La externalización consiste en traspasar la
gestión del servicio, en su totalidad o sólo alguna de sus fases, bien a
empresas privadas bien a organizaciones sin ánimo de lucro, aunque la titularidad y responsabilidad del
servicio continúan siendo de carácter público. La privatización, por su parte, consiste en pasar tanto la gestión
como la titularidad del servicio desde el sector público al sector privado.
Siguiendo con este tema, el pasado martes 5 de mayo se
pronunciaba el Tribunal Constitucional sobre la externalización sanitaria que
la Comunidad de Madrid, gobernada por el PP, propuso en el año 2012. El Alto
Tribunal ha dado la razón por unanimidad al Gobierno madrileño diciendo que la gestión privada no pone en riesgo el
régimen público sanitario. Es decir, el ejecutivo madrileño actuaba bajo la
legalidad, a pesar de los intentos de desprestigio y las mentiras de la
izquierda y actores sociales contrarios a la privatización de la sanidad -otros
que confunden externalización con privatización-.
El principal argumento de aquellos que defienden un modelo
público -tanto en sanidad como en educación y demás sectores- es que todo
aquello que provee el Estado es gratuito para sus usuarios. Así, no dudan en
utilizar la falsa coletilla de “sanidad
gratuita” o “educación gratuita”.
¿Es gratuito lo
público? Ni mucho menos. Todo aquello que es público se financia con tributos
-impuestos, tasas y precios públicos- además de la deuda pública. Los impuestos
los pagamos todos y han ido aumentando en los últimos años bajo los gobiernos
de Zapatero y Rajoy, hasta llegar al punto en el que nos encontramos
actualmente: “la dictadura de los impuestos”. Prueba de ello es que 2014 ha sido el año en el que más impuestos
se han pagado en España.
La sanidad pública no es gratuita. Las Comunidades
Autónomas, que son las que tienen la competencia del gasto en sanidad, han ido
aumentando el gasto desde que comenzara la crisis, negando así la austeridad y
los recortes, un mito que no se cumple, por más que algunos sigan insistiendo. El gasto anual en sanidad ha aumentado
desde el 5.7% del PIB en el año 2007 al 6% del PIB en 2013, del cual el 45%
corresponde a la remuneración del personal. Es decir, el gasto ha aumentado
algo más de 3.000 millones de euros desde que comenzara la crisis económica. Austeridad, recortes y mentiras.
Por cierto, Andalucía
es la que menos gasta en sanidad pública per cápita: 1.044 euros. ¿Han
visto protestas de la marea blanca por el sur de España? Yo tampoco, lo que
indica que dicha marea solo “lucha” por los “derechos de todos” en aquellas
comunidades donde gobierne el PP. Allí
donde gobiernen los amiguitos socialistas de la marea blanca, ni pío.
Como he dicho antes, privatizar no consiste en externalizar
solo la gestión, como algunos confunden a menudo. Privatizar tampoco es lo que
se conoce como “capitalismo
de amiguetes”. Cuando se privatiza
algo, se debe hacer con la idea de devolver una actividad económica a la
sociedad civil, esto es, desregular y sacar del presupuesto público dicha
actividad. Permitir que sean empresarios -y no políticos o burócratas-
quienes establezcan sus propias escuelas en el caso de la educación u
hospitales, ambulatorios, etc., en el caso de la sanidad. De este modo se
rebajan drásticamente los impuestos para que todas las personas puedan acceder
a estos servicios. Sí, todas las personas. Algunos de los que rechazan la
sanidad o educación privada dicen que solo aquellos que disfruten de rentas
altas pueden tener acceso a dichos servicios privados. Falso. Hay mecanismos
para aquellas personas con rentas más bajas, como el cheque escolar -también el
homeschooling, rechazado por todos aquellos políticos que no soportan la
libertad, ni tan siquiera la de elegir la enseñanza y educación de los padres
hacia sus hijos- o el cheque sanitario. Todas
las personas tendrían acceso a una sanidad o educación privada, al igual que no
hace falta nacionalizar los supermercados para que todos tengan acceso a una
alimentación básica, la cual también es un derecho y no veo a nadie
diciendo que los supermercados tengan que ser públicos (estatales) y gratuitos,
como sí lo dicen de la sanidad y la educación.
Externalizar no es
privatizar, que se enteren en Ciudadanos y aquellos que no hacen más que
confundir ambas ideas. Tampoco hay que
demonizar la provisión y producción privada de bienes y servicios. El
capitalismo de libre mercado es algo muy diferente a lo que suelen
caricaturizar algunos que están en contra de dicho sistema: un señor en traje
con un maletín lleno de billetes. No han entendido nada. Ese dibujo se
identificaría más con el Estado del Bienestar, mejor llamarlo bienestar del
Estado -de sus políticos y burócratas-. El libre
mercado nada tiene que ver con ganar y ganar dinero, sino en prestar el mejor servicio posible a la
sociedad. Si no se lo das, se irán a otro lado a buscarlo. Muy fácil de
entender, pero no para todos, desgraciadamente.
Muy buen artículo; el párrafo sobre el gasto sanitario en Andalucía es un gran ZAS en toda la boca a toda la marea madrileña.
ResponderEliminarY yo añadiría que no es lo mismo privatizar que liberalizar. Hay grandes empresas españolas que serán de titularidad privada, pero con un grado muy elevado de intervencionismo y proteccionismo en sus respectivos sectores.
Efectivamente. Hay que diferenciar entre capitalismo de libre mercado y corporativismo.
EliminarMe alegra que te guste el artículo. Gracias!