jueves, 26 de enero de 2017

Por qué apoyo a Israel

Es un tema que siempre está encima de la mesa. O estás con Israel o estás en su contra, no conozco ningún caso en el que Israel no suscite amor u odio. Yo, claramente, estoy en el primero. Me gusta Israel. Apoyo a Israel. ¿Por qué? 3 motivos me hacen imposible no apoyarle y sentirme identificado con sus valores.
El primero de ellos es que Israel es la única democracia de Oriente Medio. Según el índice sobre democracia que hace la Unidad de Inteligencia de The Economist, Israel tiene una puntuación de 7.77 sobre 10 (ocupando la posición 34 sobre el total). Entra en la categoría de “democracia defectuosa”, pero esto no indica que no sea democracia, sino que tiene pequeñas taras -como puede ser una cultura política subdesarrollada o problemas de gobernanza- que al corregirlas le permitirían entrar en la categoría “democracia plena”. El resto de países de esta zona geográfica son considerados “autoritarios” o “regímenes híbridos”. Solo Turquía consigue aprobar (5.12), mientras el resto suspende. Líbano ocupa el puesto 102 con una puntuación de 4.9, Palestina (110/4.6), Irak (115/4.1), Jordania (120/3.9) Kuwait (121/3.85), Qatar (134/3.2), Emiratos Árabes Unidos (148/2.75), Irán (156/2.2) y Siria (166/1.4) demuestran lo dicho anteriormente: Israel es la única democracia de Oriente Medio. Del resto de Oriente (Asia) solo le superan Corea del Sur, Japón y Taiwán.
El segundo motivo sigue en esta dirección. Israel es el país más avanzado de Oriente Medio en términos de libertades civiles y políticas y libertad económica. Echando un vistazo al mapa de libertades que realiza cada año Freedom House se ve claramente como Israel es el único país de Oriente Medio calificado como “libre”, con una puntuación de 80 sobre 100. Del resto, solo Turquía consigue aprobar (53 sobre 100). El resto consigue puntuaciones muy bajas en libertades civiles y políticas. En cuanto a libertad económica, más de lo mismo. Israel ocupa, según el informe de The Heritage Foundation de 2016, la posición global 35 con una puntuación de 70.7 sobre 100. Por delante incluso de España. Respecto a Oriente Medio hay algunos países por delante de Israel, como es el caso de Bahrain, Qatar y EAU, quienes solo destacan en este tipo de libertad mientras dejan de lado las libertades civiles.
El tercer motivo es que Israel representa la civilización occidental en una zona donde se imponen otros valores, especialmente rodeado de países islámicos. Mientras quienes quieren destruir a Israel (Hamás e islamistas en general, socialistas del tipo “Israel invasor”, etc.) representan la barbarie, destrucción y persecución al diferente, en Israel se practica todo lo contrario: tolerancia, respeto a cualquier creencia y religión, convivencia, etc. En definitiva, libertad y democracia.
Por estos motivos apoyo a Israel. Está claro que hay muchos que proclaman mitos y mentiras sobre él. Es por ello que hay que desmentirlos y mostrar la realidad. Los hay que quieren que gane la barbarie, destrucción y persecución; pero eso sería la destrucción occidental. Defendamos los valores occidentales, representados perfectamente por Israel.

miércoles, 18 de enero de 2017

¿Pobreza energética? Liberalicemos el mercado eléctrico

Si hay un tema que no deja de aparecer cada vez que llega el frío a España es el de la llamada ‘pobreza energética’, esto es, “cuando un hogar es incapaz de pagar una cantidad de servicios de la energía suficiente para la satisfacción de sus necesidades domésticas y/o cuando se ve obligado a destinar una parte excesiva de sus ingresos a pagar la factura energética de su vivienda” [1].
Sin duda alguna este es un tema propicio para la demagogia y las mentiras de muchos actores políticos y sociales de nuestro país. Desde la confusión de las causas hasta las recetas para intentar solucionar el problema.
Una de las falacias más extendidas a la hora de hablar del mercado eléctrico es que es un sector liberalizado; a la vez que se dice que estamos ante un oligopolio. Liberalizado en el sentido de que se puede elegir empresa eléctrica, comercializadora y distribuidora, pero realmente no estamos ante un sector liberalizado, puesto que el precio soporta altas cargas que no se corresponde con el precio de mercado, sino que tiene que ver con decisiones políticas, como son los impuestos y las subvenciones que inflan la factura.
Como bien señala @Absolutexe, de cada 100€ de facturación, apenas 45 son costes derivados de la electricidad, mientras que los 55 restantes son costes políticos, como indica el gráfico 1. Casualmente, los que más hablan de mercado “libre” y ‘pobreza energética’ suelen ser los que más callan del desglose de la factura de la luz.
Comprobar esto no es complicado. Solo hace falta coger una factura de la luz y observar la diferencia entre el precio de la electricidad (coste eléctrico) y el precio derivado de los costes políticos (impuestos, subvenciones, etc.). Por ejemplo, hace unos días vi una fotografía en una red social de una factura real de luz, cuyo desglose coincide con el gráfico 2.
Como se puede observar, más del 50% de la factura corresponden a impuestos y costes regulados, aquellos que no dependen del mercado eléctrico, sino al poder político, como bien indica su nombre: impuestos y regulación.
Continuamente tenemos que soportar la demagogia de actores políticos y sociales en nuestro país sobre esto, como he dicho antes. Así, muchos no dudan en echar la culpa de un precio alto a las compañías eléctricas. Y como no, piden más intervención. Pero la solución debería venir desde el otro lado: liberalizar de verdad el mercado eléctrico. Que se pague por lo que se consume. Que se puedan utilizar mecanismos de autoabastecimiento eléctrico, como placas solares. Que no se corten las alas del progreso, que es lo que quieren algunos para poder seguir metiendo mano mediante BOE y demás reglas políticas. Que sea el mercado (es decir, oferentes y consumidores) quienes digan qué energía producir, cuánta cantidad y a qué precio y no los políticos de turno y burócratas.
Aquellos que más hablan de ‘pobreza energética’ suelen ser aquellos cuya agenda e ideario político se caracteriza por una mayor intervención pública. El sector eléctrico no iba a ser una excepción.
Si algunos no pueden pagar la factura de la luz y más de la mitad de dicha factura son costes políticos que nada tienen que ver con el consumo energético, la solución es sencilla. Ahora bien, si algunos quieren seguir con la demagogia y las mentiras de que España ya tiene un mercado eléctrico liberalizado y que la culpa del alto precio la tienen las empresas, seguirán mintiendo y orgullosos de ello. No caigamos en sus mentiras.

[1] Pobreza energética en España. Análisis de tendencias. Asociación de Ciencias Ambientales. 2014.

viernes, 13 de enero de 2017

El camino de Podemos

Dicen que en Podemos hay 3 caminos diferentes: uno, el de Pablo Iglesias; el segundo, liderado por Íñigo Errejón; y el tercero en discordia, el de la corriente de Izquierda Anticapitalista, liderado por Miguel Urbán. Eso es, al menos, lo que parece de cara a la Asamblea que tendrá lugar dentro de un mes, la famosa ‘Vistalegre II’.
En estos casi 3 años que han pasado desde las primeras elecciones a las que se presentó Podemos (las europeas de mayo de 2014), hemos asistido a un continuo cambio en varias de las propuestas de la formación morada, para “dejar de dar miedo”, absorbidos por la dinámica electoral y parlamentaria. Y eso es precisamente lo que molesta en la corriente de anticapitalista. Si algo hay que reconocer a éstos es que han defendido los mismos principios y la misma agenda política desde la fundación de Podemos, por ejemplo, la renta básica universal o una reforma fiscal agresiva con los altos salarios y grandes fortunas, políticas, la llaman, que pongan fin a los años de recortes y neoliberalismo del PP.
Durante este tiempo, parece que Podemos haya ido ‘ovejizándose’, pero no debemos olvidar que en el fondo no deja de ser un lobo.
Las 3 corrientes nombradas anteriormente solo mantienen diferencias tácticas y estratégicas -de partido-. En el fondo representan extrema izquierda. Pablo Iglesias con su tono agresivo y Errejón con su tono suave y de acercamiento a otras izquierdas, ambos dos, junto a la corriente de Urbán, tienen una idea de España que llama a romper con lo que somos actualmente. En el camino del marxismo cultural, lo occidental, representativo del machismo, capitalismo feroz, etc. debe ser eliminado y así poder implantar un nuevo modelo de sociedad, la comunista, sin necesidad de alcanzar, por el momento, la revolución armada.
En eso entra en juego la hegemonía; unos más desde abajo y otros desde arriba sin olvidar el contenido de fondo: ‘nosotros contra ellos’. Aunque la institucionalización de Podemos, como la entrada en parlamentos y alcaldías, hace perder la esencia -tensión- populista, en Podemos han seguido con su mensaje: el «Pueblo» contra el «no Pueblo», la oligarquía, encabezada por el PP. Así, intentan ganar esa hegemonía mediante el discurso y el relato, mientras la realidad les da la espalda, como ha ocurrido en las dos últimas elecciones generales.
Creo que después de ‘Vistalegre II’ Pablo Iglesias seguirá al frente de Podemos. Me da igual. Sea quien sea, Podemos seguirá siendo un partido que va en contra del liberalismo político (mucho más contra el económico), base de cualquier democracia medio decente. Al mismo tiempo, Podemos seguirá siendo una herramienta al servicio de los que quieren bolchevizar y balcanizar España, esto es, cambiar la élite actual (corrupta, la cual no defiendo) por otra élite, que también sería corrupta (los fundamentos autoritarios de Podemos y el funcionamiento de la política española dan cabida a ello), con añadido: esa nueva élite sería movida por su sed de venganza, sus ínfulas guerracivilistas y su política del odio.

* Publicado en La Razón