sábado, 25 de junio de 2016

Diálogo entre Alejandro Ruiz París y David Muñoz Lagarejos (I)

A falta de pocos días para la celebración de unas nuevas elecciones generales, Alejandro Ruiz París y David Muñoz Lagarejos, ambos politólogos (y amigos), se disponen a dialogar entre ellos en torno a la situación política actual de España, y como no, las segundas elecciones en 6 meses.

En esta primera parte constan las preguntas de David y las respuestas de Alejandro. Espero que os guste. Allá vamos.

Hola, Alejandro. Si mal no recuerdo, militas en el Partido Popular. ¿Qué te llevó a tomar esa decisión? ¿Crees que el PP necesita una renovación, tanto hacia dentro como hacia fuera? ¿Quién podría ser el líder capaz de dicha renovación?

Efectivamente soy afiliado al Partido Popular. Desde mi adolescencia me interesó la política. Mi tío fue concejal, mis abuelos paternos militaban en el partido, pero curiosamente mis padres nunca mostraron gran interés por la política. Fui yo el que empezó a hablar de política en las comidas. Con los años, me enteré de que ellos votaron a Suarez hasta el final. También recuerdo mis primeros años de instituto con la oposición a la intervención en Irak. Pero lo que hizo que con apenas catorce años me terminara por identificar con el Partido fue un suceso local. Yo había estado desde pequeño en la banda de música de mi pueblo, pero de repente, y creo que, por una mala gestión del gobierno socialista de Chinchón en aquella época, se disolvió. Eso hizo que me terminara por decidir por el Partido Popular como mi partido. Es cierto que yo en aquella época no sabía ni que familias lo componían ni que era ser liberal. Finalmente, pasaron los años, uno comenzó a tener un poco más de idea de que era el PP, de que en él había un grupo de políticos (muy especialmente en el PP de Madrid) que se definían como liberales y un día vino Esperanza Aguirre a inaugurar la restauración de la Plaza Mayor. Yo bajé ese día a ver el evento y Luisa, la entonces alcaldesa, se acercó con Aguirre y me la presentó diciendo que era un joven de nuevas. Esto no era verdad, por lo que al día siguiente, decidí bajar a la sede y formalizar mi afiliación. Así me afilié, con 19 años y cuando estaba en mi primer año del doble grado.

Respecto a la renovación, por supuesto creo que hace falta. Estos días estoy leyendo el libro de Esperanza Aguirre Yo no me callo y coincido con ella en que hay que volver a hacer un congreso como el de Sevilla de 1990. En él se comenzó a cargar el partido de ideas que le equiparaban a sus partidos homólogos en Europa y daban respuesta y relato a los problemas de la sociedad de la época. Se preparó un proyecto en educación, de liberación de la economía, adelgazamiento del Estado, política exterior, seguridad etc. En ese congreso jugó un papel muy importante FAES. Creo que hay que renovar el partido como en aquella época, haciendo una reflexión seria sobre la regeneración de la política, sobre los principios que deben regir las soluciones que propongamos. FAES tiene que volver a ser el instrumento para hacerlo porque cuenta con expertos de solvencia, presupuesto y gente muy formada. También creo que, principalmente, la renovación tiene que pasar por una actualización de los principios más que por las personas. Es evidente que las personas son importantes, que Rita Barberá no debería pasar ni un minuto más como senadora (y como ella otros), que es momento de dejar paso a una nueva generación, que hay mucha “casta” en Nuevas Generaciones que no ha hecho nunca nada más allá de mover la bandera en los mítines. Pero también he de decir que en la Universidad y en NNGG he conocido a personas muy solventes, muy bien preparadas y muy capaces. Solo hay que atraer a esa gente y largar a los arribistas. Conjugar a veteranos con noveles.
Desde mi punto de vista, la persona más capaz para hacer la renovación es Pablo Casado. Está formado, tuvo un discurso muy liberar como presidente de NNGG Madrid, ha pasado por FAES y es inteligente. Creo que con él y con Rajoy en la Moncloa se puede acometer la renovación de la vida política española y del partido.

Tanto tú como yo somos liberales, y hasta donde sé, a ambos nos gusta Hayek. ¿Cuál es para ti “la fatal arrogancia” que ha llevado a cabo Mariano Rajoy en su etapa como líder del PP?

Lo primero que hay que tener en cuenta antes de juzgar la acción de gobierno de Rajoy es que cogió el país en una situación crítica. Las cuentas del Estado no eran las que se decían que eran, la prima de riesgo estaba por las nubes, el paro crecía día tras día, la economía no crecía. Era una papeleta muy difícil de resolver. Sobre todo, por las presiones para aceptar un rescate de la economía española en su conjunto (porque lo único que se rescató fue a Bankia, un banco que procedía de nuestra “banca pública”). Algunos dicen que Rajoy solo lee el Marca. Yo digo que puede que pasara mucho tiempo leyendo el Marca para no oír a gente como Garicano que le reclamaba aceptarlo. Aguantar esas presiones tuvo que ser muy, muy difícil y todos estos problemas no se eliminan de la noche a la mañana, y menos en dos años.

Dicho lo cual, la arrogancia de Rajoy ha sido en primer lugar la de atrincherarse él y sus ministros en Moncloa y no explicar por qué han hecho lo que han hecho en economía. En segundo lugar, se centraron solo en la economía y se olvidaron de las reformas que no cuestan dinero. Prometieron dotar de mayor independencia al Consejo General del Poder Judicial, que la elección del tercer tercio volvería al sistema anterior a la reforma socialista donde los jueces y magistrados votaban, y no lo hizo. La reforma de la ley del aborto no fue la prometida y les faltó valor para que el proyecto de Gallardón saliera adelante. Esto son una suma de cosas que desencantan.

Pero, centrándonos en Hayek, el problema del gobierno de Rajoy ha sido el de dejar su gobierno y su partido cada vez con menor contenido ideológico y no contraponerse a las ideas de izquierdas. Desde la Segunda Guerra Mundial a esta parte el paradigma reinante ha sido el de la socialdemocracia. Los partidos conservadores hicieron suyo este paradigma del Estado del Bienestar basado en un aparato estatal cada vez elefantiásico, que cuesta más y que por ende requiere más control sobre el individuo vía impuestos y regulación. Pocos líderes en el mundo se han atrevido a alejarse de él. Salvo Margaret Thatcher o Ronald Reagan, pocos me vienen a la mente que se revolvieran contra ello. Lo más reciente que tenemos es Tony Blair, porque ni Merkel y mucho menos Sarkozy están en esto. También se ha de tener en cuenta como resulta difícil desprenderse de lo que Hayek llama los instintos atávicos. Según el austríaco no hay nada más peligroso que un conservador invadido por estos instintos. Rajoy nunca ha sido un político de confrontación de ideas y menos a partir de 2008. Después de perder las segundas elecciones contra Zapatero hizo un discurso en Elche donde reclamó “si alguien se quiere ir al partido liberal o al conservador, que se vaya”. Esto tiene seguro su origen en los entornos de Aguirre que la intentaron convencer para dar un paso adelante. Por eso en el famoso congreso de Valencia no se acometió la actualización de los principios del partido, para evitar dar voz a los liberales y se apoyó en aquellos dirigentes valencianos que ahora le traen a él y al PP por la calle de la amargura. Esta ha sido su fatal arrogancia. La de no afrontar el combate de la crisis conforme a los principios que caracterizaron al PP, la de tener en el gobierno a un “socialdemócrata” como Montoro.

Dicho esto, tenemos que mirar cómo nos levantábamos en 2011 y cómo nos acostábamos. Prima de riesgo, prima de riesgo, rescate, rescate, rescate.

¿Cómo ves las próximas elecciones generales? ¿Crees que el discurso del miedo a Podemos le vendrá bien al PP y acabará convenciendo al electorado que se quedó en casa el 20-D o seguirán pesando en dicho electorado las traiciones del Gobierno de Rajoy?

Veo una situación con pocas variaciones en cuanto a aritmética parlamentaria. Pero cada día veo más posible el sorpasso de Podemos. No sé si se producirá o les pasará como a Ciudadanos en diciembre. Pero lo veo factible. También creo que el Parido Popular se acercará más esta vez al 30%, creo que a C’s le pasará factura su pacto con el PSOE al ser un partido sin electorado propio y con votos “prestados”. Con esto no quiero decir que los votos sean de nadie. Pero la base de votantes auto-convencidos con la idea de centro es muy pequeña. Hay mucho ex votante del PP desencantado que les votó en diciembre bajo aquello de: yo voy a votar a Cs porque el PP se tiene que renovar y quiero que pacten con ellos para que se haga limpia.

El discurso del miedo no le funcionó a Aguirre contra Carmena en las municipales. El discurso del miedo por sí solo no aporta nada. Creo que aporta más sus propuestas en materia de impuestos, de autónomos, de crear 2 millones de empleos y la imagen que han dado tanto Rajoy como Luis de Guindos en los debates de ser personas que saben gestionar y con experiencia. Llevaron muy controlados los datos de la incipiente recuperación. Eso junto a qué viene Podemos les dará oxígeno. Pero el PP no recuperará el músculo que tenía hasta 2011 mientras no se renueve y actualice sus principios al siglo XXI. Algunos hablan del nuevo PP, yo creo que deberían pensar en la versión 2.0.

¿Habrá sorpasso de Unidos Podemos al PSOE? En caso afirmativo, ¿crees que esa situación ayudará para que el PSOE apoye al PP en una hipotética investidura de Rajoy?

Como he dicho anteriormente lo veo muy probable. Este domingo alguna encuesta dice que PSOE y Podemos sumarían mayoría absoluta. De lo que estoy seguro es de que les superará en votos. Otra cosa serán los escaños, ahí D´Hondt y la olvidada provincia juegan un papel que hace difícil saber cómo se traducirá en escaños.

Respecto a la segunda pregunta, creo que la única salida para el PSOE es que Sánchez termine dimitiendo si esto sucede, que se abstengan, dejen gobernar al PP, que entre PP, C’s y PSOE pacten las reformas institucionales necesarias y en lo demás hagan una oposición feroz a Rajoy. Creo que es su única salida, y, aun así, creo que lo tienen complicado. Lo que tengo claro es que tanto la gran coalición como el pacto con Podemos sería su suicidio político.

Como todos sabemos, varios miembros de Podemos ayudaron en su momento al régimen socialista de Chávez y Maduro desde la fundación CEPS. Tampoco es un secreto la inclinación chavista de todos aquellos que han colaborado en la asesoría de Venezuela. ¿Es Podemos, por tanto, un partido de corte chavista? ¿O es socialdemócrata? ¿Hasta qué punto crees que puede confundir a la gente esa idea de “transversalidad” que ahora han perdido en su unión con IU?

La videoteca está ahí, la hemeroteca también y puede que el resto intenten ocultar lo que de verdad piensan, pero Monedero dice lo que dice. Lo que está claro, y por mucho catálogo de IKEA que hagan, es que socialdemócratas no son. Hasta no hace mucho Pablo Iglesias cerraba las campañas de Tsipras. Creo que debemos hablar de Venezuela, pero que lo que realmente se puede dar en nuestro país es lo de Grecia. Por cierto, Alberto Garzón también era telonero de Tsipras y se declara comunista. Las hemerotecas están ahí y las puede consultar todo el que quiera. Pablo Iglesias, por conquistar el poder se declarará cualquier cosa. Hoy toca socialdemócrata, pero si mañana por estrategia le toca decir que es del PP, estoy seguro que lo diría.

Por último, ¿te atreverías a hacer una porra de escaños (aproximados) para el 26-J?

Si, por supuesto, PP 124, Unidos Podemos 86, PSOE 73 y C’s 35. El próximo domingo sabremos cual es el resultado. El Gobierno será otro cantar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario