Son muchos los mensajes que se
lanzan desde el Gobierno formado por PSOE y Podemos de que la anterior crisis
se afrontó de una manera diferente a la crisis del coronavirus. Según el mismo,
las consecuencias de ambas crisis también serían diferentes. Por ejemplo, Pablo
Iglesias en una de sus intervenciones en la mal llamada Comisión de
Reconstrucción viene a decir algo así como que en la Gran Recesión pagaron los
de siempre, la clase media y trabajadora, mientras que en la crisis de 2020
están siendo protegidos [1].
La propaganda del Gobierno está
sobre la mesa. Pero la realidad es bien diferente. Junto a una de las peores
gestiones sanitarias del mundo contra el Covid-19 tenemos una respuesta
económica que puede ser menos eficaz de lo que se piensa. Un “escudo social” de
los menos generosos de los países de nuestro entorno [2] y una excesiva dependencia del BCE [3], como viene siendo tendencia en los últimos años, de la mano de
una política fiscal expansiva que aumentará el déficit y la deuda a niveles no
vistos, al menos, en la historia reciente de España. Es verdad que a corto
plazo (lo que Frédéric Bastiat llamaba “lo que se ve”) puede ser un camino
correcto, pero Henry Hazlitt nos dejó una lección a seguir siempre en cualquier
análisis económico: a saber, observar las consecuencias de cualquier política
económica analizando los efectos sobre el largo plazo y sobre todos los agentes
económicos [4], es decir, enfocar
también hacia “lo que no se ve”. En el largo plazo cambian las sensaciones y,
en ausencia de reformas estructurales, enganchados al BCE, con un mercado
laboral poco flexible, seguiremos sin despegar hacia las posiciones de
economías líderes. Al fin y al cabo la economía española venía en plena
desaceleración y se dejaba entrever un claro agotamiento del crecimiento para
los próximos años. El coronavirus solo ha acelerado el proceso. Pensar que los
efectos de las gestiones de ambas crisis van a ser diferentes, mientras
mantenemos los mismos errores fundamentales en la política económica [5] y seguimos sin reformas
estructurales, confiando en que el Estado deba intervenir más y ver al sector
privado solo como quien paga impuestos y no como el que de verdad vertebra la
creación de empresas, empleo y fortalece el crecimiento, es cuanto menos
ingenuo.
Una de las consecuencias
principales de la crisis que empezó en 2008 fue el aumento de la desigualdad
(de renta). Como se puede observar en el gráfico 1, el coeficiente de Gini
aumentó durante los años en los que el PIB caía. A partir de la recuperación
económica se observa un mejor comportamiento de la desigualdad, cayendo el
coeficiente de Gini en los años de crecimiento del PIB.
Una de las causas de la desigualdad
como variable anticíclica se encuentra en el efecto del desempleo sobre la
propia desigualdad. Como demuestra Goerlich, “con posterioridad a 2007 el
desempleo contribuye en mayor medida al incremento de las desigualdades” [6]. A esta conclusión también llega un
trabajo realizado por el economista Rafael Doménech (2016), según el cual el
desempleo explica hasta el 80% de la varianza de la desigualdad en España [7] (véase gráfico 2). En este mismo
camino, y al contrario de lo que se suele argumentar desde posiciones
intervencionistas y su propaganda anti-ricos, este aumento de la desigualdad no
fue provocado por los más ricos: “el aumento de la desigualdad durante la crisis
se debe a la caída de los ingresos del 40% de la población con menos renta” [8].
Así pues, se observa cómo la caída
del PIB y el aumento del desempleo tienen un fuerte impacto en el aumento de la
desigualdad en España.
La crisis económica derivada del
Covid-19 dejará un escenario en el que el PIB puede caer más del 10%, según
estimaciones del Gobierno y organismos económicos como la AIReF o el Banco de
España. La tasa de desempleo también va a aumentar. En el IV Trimestre 2019
ascendía al 13,8%, según datos de la EPA. Los escenarios más optimistas la
sitúan entre el 18 y el 19% para finales de 2020. Los más pesimistas, a su vez,
la sitúan en el 25%. El Gobierno, en el Programa de Estabilidad 2020-21, prevé
que la tasa de paro se sitúe en 2020 en torno al 19%.
Como he dicho antes, la principal
conclusión de la Gran Recesión fue el aumento de la desigualdad por el aumento
del desempleo. En 2020 nos enfrentamos a un escenario en el que el PIB va a
caer más que ningún año de la anterior crisis (incluso superior a la agregación
de todos los datos negativos del PIB durante esos años) y el desempleo, a su
vez, también va a aumentar. A pesar de lo que dice la propaganda del Gobierno (efectos
contrarios a los de la crisis de 2008), la desigualdad va a aumentar en esta
crisis, así como aumentó en la anterior crisis: y no porque los ricos vayan a
ser más ricos, sino por el efecto del desempleo, sobre todo en trabajadores temporales
(los más vulnerables). Y todo ello, como muestra el propio Goerlich (2016), a
pesar de los efectos redistributivos de las transferencias monetarias (como el
reciente Ingreso Mínimo Vital), junto a otras prestaciones como pensiones y
prestaciones por desempleo, y los efectos redistributivos del resto de
componentes del Estado del Bienestar.
Si el Gobierno quiere vender la
idea de que no va a aumentar la desigualdad y que va a proteger a la clase
media y trabajadora, debe enfocar sus reformas en aquellas que faciliten la
creación de empresas y el aumento de su tamaño medio y aquellas que faciliten
la creación de empleo; algo que, como muestra el deseo de derogar la reforma
laboral de 2012, este Gobierno lleva en la dirección contraria. Pero ya se
sabe: una cosa es la propaganda y otra, la realidad.
[1] En
referencia a esta intervención, un tweet de Podemos que lo resume. Disponible
en https://twitter.com/PODEMOS/status/1268603425727475713
[2] Anderson,
J. et al. (2020, 4 de junio). The fiscal
response to the economic fallout from the coronavirus. Bruegel Institute.
Disponible en https://www.bruegel.org/publications/datasets/covid-national-dataset/
[3] La
dependencia de España del BCE alcanza el récord de 400.000 millones (2020, 6 de
junio). El Mundo. Disponible en https://www.elmundo.es/economia/2020/06/06/5eda711621efa0a9208b460f.html
[4] Hazlitt,
Henry. Economía en una lección. Unión
Editorial.
[5] Lagarejos,
David (2020, 26 de mayo). Otra vez los
mismos errores. Fundación Civismo. Disponible en https://civismo.org/es/otra-vez-los-mismos-errores/
[6] Goerlich,
Francisco J. (2016). Distribución de la
renta, crisis económica y políticas redistributivas, Fundación BBVA, p.87
[7] Doménech,
Rafael (2016). La desigualdad en España:
evolución, causas y políticas, BBVA Research, p. 10
[8] Ibídem, p.7
* Publicado en Fundación Civismo
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