33% de participación en un fraude llamado consulta. Más de 6 millones de personas estaban
llamadas a votar, pero solo 2.2 millones acudieron el 9 de noviembre a las
urnas (de cartón, de chiste). Aunque se empeñen en decir que ha sido una
victoria del proceso soberanista y que Cataluña ha hablado, lo cierto es que no ha ocurrido una cosa ni la otra.
No se puede decir que sea una victoria soberanista cuando
hace dos años, en las elecciones autonómicas, el bloque soberanista (CiU, ERC,
ICV y CUP) obtuvo prácticamente los mismos votos que en esta consulta ‘de
pacotilla’.
Tampoco se puede decir que Cataluña ha hablado cuando el 70% de los
catalanes se ha quedado en casa y no se deja votar a los catalanes que residen
fuera de Cataluña. Oiga, no, han hablado los catalanes que le siguen el juego a
las mentiras del independentismo.
Los resultados esperados
Los resultados han sido los esperados. Un 80% a favor del
SÍ-SÍ (recuérdese la pregunta, ¿Quiere que Cataluña sea un Estado?, en caso
afirmativo, ¿quiere que sea independiente?).
La opción del SÍ-NO recogió un 10%
de los votos.
El NO obtuvo el 4.45%.
Y digo que eran los resultados esperados, porque a excepción
de unos pocos, los que votarían NO se quedaron en casa, sin participar de esta
farsa llamada consulta. Era de esperar que los que acudieran el 9-N a votar,
fuera a favor de un Estado para Cataluña, y sobre todo independiente de España.
El abandono de España
El Constitucional anuló la consulta, pero se celebró. El
Gobierno dijo que no se llevaría a cabo la consulta, pero se celebró. Y la
oposición del PSOE, callados. En resumen, PP
y PSOE, junto con los separatistas, han sido cómplices para que esta farsa,
este fraude llamado consulta, se llevara a cabo. De nada sirven las
palabras si no se actúa.
Además, es imperdonable la
actuación del presidente del Gobierno (o mejor dicho, la no actuación)
dejando que la consulta ilegal se celebrase, sin poner nada de su parte. Una traición más de Rajoy. He perdido
la cuenta.
25 años después…el Muro de Cataluña
Paradójicamente, el día de la votación se celebraba el 25
aniversario de la caída del Muro de Berlín. El camino a la democracia se abría
para la Alemania socialista, la RDA.
Los independentistas
no han aprendido nada de esa lección, y ahora son ellos los que quieren construir un muro en España. Poner
fronteras entre Cataluña y el resto de España. Seguir sembrando el odio hacia
lo español, como ocurría en la RDA hacia el capitalismo y la RFA.
Separar Cataluña de España sería algo negativo, por las
malas consecuencias sociales y económicas que supondría tanto para España como
para Cataluña (más para ésta), y nunca hay que dejar que algo negativo caiga
sobre España, porque ese efecto negativo recaería sobre todos los ciudadanos
españoles. En definitiva, 'nos mojaría a todos la lluvia de la
independencia'.
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