martes, 4 de noviembre de 2014

Estado del Bienestar, ¿Estado de Corrupción?

El artículo 1.1 de la Constitución Española dice que España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho

Estado social


El Estado social, designado también como Estado social de Derecho, es un concepto que ha tenido su origen en la cultura política alemana y lo podemos ubicar a los inicios del Estado alemántiene como misión fundamental fortalecer los servicios y garantizar aquellos derechos considerados esenciales para los individuos para de esta manera mantener el nivel de vida requerido para ser un miembro pleno de la sociedad; entre ellos se cuentan: asistencia sanitaria, educación pública, acceso a la vivienda, trabajo, indemnización, seguro de desempleo, acceso real a los recursos culturales, asistencia por ancianidad e invalidez, protección del medio ambiente y garantizar los derechos sociales en la legislación vigente.

Estado democrático

Un 'Estado democrático' es aquel en el que los ciudadanos participan de modo más o menos directo en el gobierno. En un estado democrático, la soberanía corresponde al pueblo y éste la ejerce, con arreglo a la ley y por medio de sus representantes, desde las distintas instituciones políticas del Estado.

Estado de Derecho

Un 'Estado de Derecho' es aquel en el que la actuación de todos sus integrantes se haya sometida incondicionalmente a la ley. En un Estado de Derecho, ni siquiera la mayoría puede promover una actuación institucional contraria a la ley, por muy mayoritaria que sea la voluntad de hacerlo.

Dejando a un lado el debate sobre si se da en España o no (tendríamos para una tarde entera), o sobre lo que es para cada uno, pasaré a explicar de donde vienen los conceptos de Estado social y Estado democrático.

Dicotomía Estado Social / Estado Democrático

La diferencia entre los conceptos de 'Estado social' y 'Estado social y democrático de Derecho' no ha sido pacífica a lo largo de los años. La interpretación total o armónica de esta fórmula de Estado puede ser planteada a un doble nivel: como una interpretación recíproca, o como una interpretación integral (como proceso histórico-dialectivo de diferentes tipos de Estados).

Como he comentado antes, el Estado social de Derecho tiene su origen en los inicios del Estado alemán. Ya en la República de Weimar, pero sobre todo a partir de la Ley fundamental de 1949, comienza a resurgir la concepción material del Estado de Derecho en la expresión 'Estado social de Derecho'. El tránsito del Estado liberal al Estado social de Derecho plantea, pues, una problemática donde se enfrentan tesis conciliadoras de ambas expresiones y tesis que proclaman su distinta fundamentación y configuración.

Los socialistas concebían la expresión “Estado social de Derecho” como un posible tránsito hacia una sociedad sin clases. 
Desde posiciones capitalistas, es considerado como una simple transformación de sistema que supone la consagración del tránsito del Estado abstencionista al Estado intervencionista. 

Durante el 'período de entreguerras' esta expresión va a ser reivindicada desde otra posición ideológica. El surgimiento de los fascismos va a asumir como propio el carácter social del Estado, intentando así justificar sus planteamientos totalitarios. 

La derrota de los fascismos en la II Guerra Mundial dio la victoria a las democracias liberales en Francia y Reino Unido, junto a EEUU, que venció a Japón. Se creó el Estado-provisor, que más adelante daría lugar al Estado del Bienestar

En la actualidad, ese Estado del Bienestar se ha convertido en el Bienestar del Estado. Algo insostenible tanto en su forma de gestión como de financiación. 

Estado de Corrupción en España

Se supone que en 1978 se creó el Estado Autonómico, las Autonomías, para acercar al ciudadano los servicios básicos y poder hacer más fácil la implantación de dicho Estado del Bienestar. Pero hemos visto como dichas Autonomías no fueron en realidad creadas con ese fin, sino para el bienestar de los partidos políticos, y el bienestar de los políticos, que manejan recursos (económicos y legales, primordialmente) para sus antojos y beneficio. 

Dichos antojos derivaron en corrupción; y nos ha servido para darnos cuenta de que son cada vez más aquellos que disfrutan de la política para beneficio personal. A lo largo de estos años son tantos los casos de corrupción (en cualquier nivel de gobierno) que uno se llega a preguntar si no estamos en un Estado de Corrupción en España. Desde la época de Gonzalez, hasta la actualidad, no hay año en que no se destape una trama, por pequeña que pueda ser. Desde Filesa, pasando por Gürtel, ERE's, Noos, Campeón, Bárcenas, Método 3, Pujol, Malaya, Púnica y así un sin fin de casos de corrupción, que inundan España, hacen apestar a partidos y sindicatos, y provocan una gran desafección hacia el sistema, los partidos y la política en su conjunto.

¿Y ahora, qué?

Toca mirar hacia adelante, pero sin olvidar el pasado. La corrupción es un mal extendido por todo el país. Las ansias de poder de políticos y empresarios parecen no tener fin y utilizan todos los medios que tienen a su disposición para hacer el mal. Espero que la Justicia haga bien su trabajo (dificil cuando está tan politizada) y los corruptos paguen por todo aquello que han hecho. 
Hay que devolver la ilusión a los ciudadanos, que vuelvan a creer en Política, que no sea el arte de engañar, como decía Maquiavelo. Es posible, pero con hechos, no con palabras. Los discursos hace tiempo que no cuelan (siempre habrá alguno que siga tragando) si no van acompañados de acciones eficaces y eficientes.

Queda un largo camino por delante, pero está claro que de nosotros depende seguir por el mismo camino que nos ha traído hasta aquí, dando legitimidad a este Estado de Corrupción; o por el contrario, elegir caminos alternativos, caminos que nos lleven a la auténtica libertad. Queda en manos de cada uno.

1 comentario:

  1. Con el Estado de Bienestar hemos dejado de ser protagonistas de nuestras vida para convertirnos en víctimas de las circunstancias. Gran parte de nuestros miedos, inseguridades y ansiedades las trasladamos al nuevo dios: el estado. Hemos dejado de ver el futuro como un por hacer a uno por venir. Esto explica gran parte de los males que asolan al mundo occidental. La responsabilidad ha desaparecido de nuestras vidas; somos una panda de niños malcriados, ociosos y caprichosos. ¿Maduraremos algún día?

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