martes, 26 de agosto de 2014

Un cambio a mejor

Hace unos días llegaba una sorprendente noticia. El Gobierno de Francia presentaba su dimisión en bloque. La causa: el rechazo hacia las políticas de "austeridad" (una palabra que parecen utilizar como insulto cuando no hay mayor insulto que endeudarse más y aumentar el deficit año tras año) llevadas a cabo por el actual presidente del Gobierno francés, Manuel Valls. 

No seré yo quien defienda el socialismo, pero he de reconocer que Manuel Valls es uno de los pocos socialistas sensatos que conozco. Llegó a la presidencia del gobierno francés hace cinco meses y en este corto tiempo ha demostrado capacidad para llevar las riendas del gobierno galo en cuanto a economía se refiere. 

Decía que es uno de los pocos socialistas sensatos que he conocido porque sabe (o eso parece) que lo idóneo para que una economía prospere es reducir impuestos, reducir gasto público y reformar el Estado, haciendo éste más pequeño (todo lo contrario de lo que hacen el resto de sus compañeros socialistas), sin que ello deba perjudicar la prestación de servicios públicos. "Debemos arreglar nuestras finanzas públicas pero no destruir nuestro modelo de servicios públicos", dijo ante el Parlamento francés en su primer día como presidente del Gobierno.
En el poco tiempo que lleva a la cabeza del Ejecutivo ha llevado a cabo una serie de medidas (y propuestas) para que Francia vaya hacia adelante y no se estanque en el camino. 

Espero que el nuevo equipo de gobierno que ha elegido Valls (hoy se anunciará) ayuden a éste en la tarea de conseguir una Francia más próspera y más libre (pese a que eso conlleve que les tachen de austeros malvados, hablen de crisis de gobierno y demás pamplinas que nos cuentan los de siempre).

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